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14/06/2024
La deshumanización del otro legitima la violencia
ZAS!, la red vasca antiRumor, coordinadora de la que formamos parte, considera inaplazable la reflexión crítica en torno a los mecanismos de deshumanización históricos sobre el estado de Palestina.
El pasado 15 de mayo se recordaban los 76 años desde el inicio de la Nakba, término árabe que define el inicio del éxodo/expulsión palestino. En todos esos años y en todo el tiempo de violencia que se ha desatado a partir de octubre de 2023 hay un proceso clave que permite, posibilita y legitima esa violencia: la deshumanización del “otro”.
Estos procesos de deshumanización no son algo nuevo, probablemente hayan acompañado a la humanidad desde siempre, pero ahora han cobrado una inusitada presencia e importancia. El proceso progresivo de rebajar la humanidad del pueblo palestino ha sido necesario para que el primer ministro israelí, Netanyahu, haya llegado a calificar a los gazatíes de “animales”. La relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos, Francesca Albanese, ha señalado que “un genocidio como el que estamos presenciando viene de un proceso gradual de deshumanización de un pueblo...”.
Pero, ¿y nuestra complicidad y silencio como sociedades europeas? Vienen de esa misma deshumanización, no lo olvidemos. Para la falta de respuesta de nuestra sociedad ante lo que estamos contemplando en riguroso directo ha hecho falta que nuestra moralidad no se quiebre. Y si no entran en la norma, en el marco comprensivo de lo humano, no ocurre nada. La moralidad no se quiebra porque es eficaz sólo en el marco de lo humano. Del mismo modo que parece no ocurrir nada ante las sepulturas sin nombre en Ceuta o Lampedusa, ante los cadáveres en las playas de Libia, ante las miles y miles de muertes en el Mediterráneo.
Dice Judith Butler que lo humano es aquello que designa una vida vivible y una muerte lamentable. Son muchas las vidas que comienzan a tener en común que son invivibles. Vidas que no son susceptibles de generar llanto, duelo o lamento. El racismo, la exclusión de derechos para las personas de origen extranjero, el último Pacto ratificado por Europa sobre migración y asilo...el denominador común de todo ello está en el marco de lo humano y lo no humano que hemos construido.
Como ZAS! sabemos el peso que tienen los estereotipos y los prejuicios en la construcción del “otro”. Todos los procesos de alterización que históricamente nuestras sociedades europeas han construido y que han permitido los procesos de explotación y subordinación. Hacia los “otros” que viven en lugares remotos o lejanos, hacia nuestros “otros” internos, algunos históricos, otros recién llegados. En cualquier caso, parece que no acabamos de darnos cuenta de que cuando aniquilamos al “otro”, nos aniquilamos a nosotros mismos.
Por todo esto nos recordaba hace poco Blanca Garcés que Europa, la mejor versión de sí misma, está muriendo en sus fronteras. Y también lo está haciendo en Gaza.